En una caminata vespertina que pude realizar en la Ciudad de México, entre el caos, la multitud, la contaminación, la aceleración y las marchas de esta bella capital encontré un remanso de esperanza, sólo pude detenerme a admirar, fotografiar y entender el mensaje (uno de muchos que nos da la naturaleza): Ahí donde estás, florece. Ninguna circunstancia es adversa, haz sido hecho para multiplicarte y florecer…